lunes, 3 de diciembre de 2012

Regreso a Downton Abbey


Hace años, cuando solo había una tele, la pública, era habitual ver series de todo tipo, americanas, por supuesto, pero también italianas y sobre todo inglesas. Son los británicos los que mas y mejor exportaban sus productos, históricas como "Yo Claudio" o "Enrique VIII", literarias como "Regreso a Howards End" o mas livianas y rallando el culebrón mas refinado como "Arriba y abajo".

Acabo de ver el primer capítulo de la tercera temporada de "Downton Abbey", serie heredera de toda aquella época y primera en desembarcar en una televisión actual demasiado embobada en mediocridades y productos carentes de calidad. Ha costado mucho que una cadena privada apueste por algo que no sea cotilleo y Antena 3 desde hace un tiempo lo está haciendo aunque no siempre con el resultado que cabría esperar. Esta temporada han hecho coincidir la serie con un producto para masas como es "La Voz" aunque para los que, como yo, buscamos otra cosa, nos de igual, siempre que respeten día y horario mientras dure.

Hace tiempo, en un foro sobre series de televisión, alguien contestó a una intervención mía diciendo algo así como que en España estábamos obsesionados con la aristocracia inglesa. Es posible que lleve su parte de razón, en una sociedad como la actual, cada día mas vacía de tradiciones y con el poco apoyo que hay a la cultura y el fomento de todo lo contrario por parte de ciertos poderes, resulta chocante, al menos para mi, y desde luego muy atractivo, una serie donde la educación, los buenos modales, el saber estar cada uno en su sitio sea la base de todas las historias que se cuentan.

Hay que saber poner cada cosa en su sitio y está claro que no estoy de acuerdo con esa manera de vivir y pensar donde las diferencias de clases eran abismales y asumidas tanto por unos como otros, pero hay que embutirse en la época, hablamos de una Inglaterra de principios del siglo pasado, donde todo eso formaba parte de aquella sociedad, con todo lo bueno y malo que conllevaba.

Haciendo una crítica mas técnica, se agradece que se cuide hasta el mas mínimo detalle, desde la fotografía y el vestuario, pasando por los decorados o los  paisajes de la campiña inglesa, terminando con un buen guión. La primera temporada se centró en presentar los personajes, tanto la parte aristocrática como la del servicio, destaca el de la condesa viuda de Grantham, interpretada por Maggie Smith con unas frases que son de lo mejor de la serie. También se cuido mucho el describir los usos y costumbres, desde la forma de colocar los cubiertos y vajillas en la mesa hasta las maneras de tratarse entre los de una clase y otra, todo hasta el mas mínimo detalle, muchos de ellos pasan desapercibidos. Recomiendo ver el "making of".

En la segunda temporada, donde la trama se vuelve mas folletinesca, asistimos al desarrollo de la historia de amor entre Matthew y  Lady Mary, con idas y venidas pero con final feliz así como la de Anna, jefa de sirvientas, y John Bates, ayuda de cámara, con un final no tan perfecto. Y todo esto con la primera guerra mundial de fondo y el inmenso caserón convertido en improvisado hospital para oficiales heridos en la contienda.

En el primer capítulo de la nueva tanda vemos la llegada de la abuela americana de las hermanas Crawley para asistir a la boda de la mayor de sus nietas, estupenda Shirley Maclaine, las primeras rencillas con Lady Grantham han sido memorables. La ruina de la familia, la inocencia de John Bates, las nuevas intrigas que crearan Thomas y O'Brien, los nuevos y atractivos lacayos, que no pasaran desapercibidos para Thomas...

Todo un lujo y gratis. Muy recomendable.