jueves, 26 de abril de 2012

Alaska y Mario.


Vivir en una casa pintada de cien colores entre alfombras con estampados de leopardo, muebles que van desde el rococó hasta los 70, cuadros de pop-art, muñecas y cachibaches de todos los tamaños. Mezclar lo imposible, serían el terror para cualquier decorador y sin embargo es el hogar mas coherente con sus dueños que existe entre el famoseo actual. Así es la casa de Alaska y Mario, como ellos, eclécticos, multiestilo, sin orden aparente y con todo en su sitio a la vez, no sobra nada y sin embargo parece que aún les falta mucho por meter.

Protagonizan el reality mas divertido y mas redondo que se ha hecho nunca en España. Tomando como referencia "The Osbournes" en la MTV americana, el planteamiento es sencillo, mostrar la vida diaria de dos personas conocidas. Esto en mano de otra cadena podría terminar en poco menos que casquería, vil escusa para tertulias llenas de colaboradores sacatripas y camorreros. 

MTV sin embargo lo plantea como un divertimento sin mayores pretensiones que la de hacérselo pasar bien a la audiencia a base de enseñarnos el mundo maravilloso de esta pareja lleno de anécdotas, amigos    pintorescos o famosos, o las dos cosas a la vez. Una especie de Alicia en el país de las maravillas donde en vez de conejos parlanchines, locos con chisteras y reinas corta cabezas tenemos gente de carne y hueso con ganas de vivir y divertirse, mostrándose sin tapujos, sin esconder nada y haciendo de lo excéntrico algo tan normal que te extraña que no haya mas gente así porque el mundo sería mas divertido.

Si la primera temporada tuvo como leitmotiv la preparación de la doble boda de la pareja (fantástica la segunda parte sobre todo, en el ático del hotel Emperador en plena Gran Vía madrileña y con perritos calientes, hamburguesas y chuches varias además de otras sustancias) en esta segunda el tema central es la preparación y posterior viaje de novios a Los Angeles y Las Vegas pasando por el Cañón del Colorado, ese que según Vaquerizo atraviesa un puente rojo ¿?... cosas de Mario. Claro que no podía ser un viaje al uso y que mejor manera de hacerlo mas divertido que llevarse a todos esos locos maravillosos que componen las Nancys Rubias y Topacio. 

Están dando los mejores momentos de la tele actual y si bien al principio Alaska partía como estrella absoluta, a día de hoy la popularidad de su marido es innegable, yo diría que es el personaje por excelencia de la actualidad, sus frases se están convirtiendo en míticas, y sutiles las miradas que Alaska le echa, entre recriminatorias y tiernas cuando suelta alguna. Es imposible no sentirte identificado con él por que a todos nos ha pasado intentar ir de listo sin tener ni idea de algo, la diferencia es que a Mario se la suda, lo sabe y aún así lo suelta. Doy por hecho que es así en realidad, según se puede leer en el blog que la pareja comparte, tiene también muy mala leche, pero esto en la tele no se ve, ni nos preocupa. 

Los domingos por la noche son para relajarse antes de empezar la rutina semanal, y con Olvi y Marito es fácil conseguirlo. Es lo mejor para irse a la cama con una sonrisa y una lección de buenrollismo aprendida. Y es que con todo lo que tenemos encima, precisamente buen rollo es lo que nos hace falta en estos momentos. Ese optimismo y ganas de hacer cosas nuevas a todas horas que desprende la pareja es digno de ejemplo y un buen antídoto para tanto pesimismo actual. Además, la duración de los capítulos son de lo mas asequibles, con un montaje inmejorable, rápido, mucha música. Te quedas con ganas de mas y ahí es donde está su éxito. Podría durar años aunque según su blog, no habrá tercera temporada (por que se acaba el mundo en el 2012).

De momento disfrutaremos del viaje de novios y de sus aventuras por el desierto. Mañana, como decía Escarlata O´Hara, será otro día.

martes, 17 de abril de 2012

Aida ya no vive aquí

Hace unos años que Aida no vive en Esperanza Sur, hace poco también se fue la Lore y con ellas se han llevado una buena parte del equipo de guionistas de la serie. Solo así se explica que haya bajado tanto el nivel, que cada capítulo se haga insufrible, en el último no conseguí reirme ni una sola vez. 

Telecinco ha decidido que para compensar esta marcha, la serie dure aún mas de lo que ya era demasiado. El del domingo pasado rondó la hora y media. Skech interminables, intentar sacar la risa de donde no había gracia, jugar con el tópico de los personajes donde no quedan cartas que barajar. Ni siquiera la incorporación de la Goyarizada Lola Dueñas es capaz de salvar este Titanic televisivo que tuvo sus días de gloria aún con la despedida de Carmen Machi, consiguiendo algo que ni los americanos habían hecho, mantener una serie cuyo título es el nombre de la protagonista y que esta desaparezca de la misma. Claro que los americanos para esto son muy serios.

La cadena amiga, o como se dicen asi mismo ahora, la cadena del entretenimiento (como si las demás estuviesen para aburrir al personal) debería ir pensando en derruir Esperanza Sur, dar finiquito a una serie sin alargar su agonía mas de lo necesario. Ahora está en una especie de coma con respiración asistida esperando a que alguien apague la maquinaria que la hace mal vivir. Algo que se tenía que haber hecho hace un par de temporadas y hubiese terminado con aceptable calidad y dejando buen sabor de boca. 

Seguramente alguien dirá que de audiencia no va mal, y seguramente tenga razón, pero hay que saber desaparecer a tiempo, mejor irse con la cabeza muy alta a que te echen a patadas. Siendo amable, Aida ahora está en un punto que ni una cosa ni otra. Ofertas mas frescas y con mas atractivo como el docurreality sobre Alaska y Mario o el nuevo programa de Buenafuente vienen pisando fuerte, ya veremos, al menos en este último caso, como sigue porque el personal es caprichoso y no siempre tiene ganas de ver algo diferente. Olvi y Marito lo tienen mas fácil, juegan en otra liga, ya habrá tiempo para comentar en otra entrada.

Por mi parte, este capitulo ha sido el último que intento ver, y digo esto porque aún grabándolo y pudiéndolo visionar sin publicidad se me hizo tan pesado, plomizo, largo, aburrido y poco gracioso que no terminé de verlo. Decidí que Aida, al menos en mi casa, ha terminado. 

Descanse en paz.